En el mundo del outsourcing internacional, el dominio del inglés se ha convertido en una habilidad clave, especialmente en procesos de selección donde las entrevistas en inglés son frecuentes. Sin embargo, existe una problemática que afecta la eficiencia de este tipo de entrevistas cuando el entrevistador no es hablante nativo.
¿Por qué las entrevistas en Inglés no funcionan cuando el entrevistador no es nativo?
¿Qué pasa cuando la persona encargada de evaluar tu dominio del inglés también enfrenta desafíos lingüísticos? Veamos por qué este tipo de entrevistas pueden ser contraproducentes, y cómo impactan tanto al entrevistador como al candidato.
1. La Confusión en la Pronunciación: Un Obstáculo Invisible
Un ejemplo clásico es la incorrecta pronunciación de ciertas palabras clave en inglés, lo cual puede generar confusión en el candidato. Recientemente, en una entrevista de trabajo para una posición tecnológica, el entrevistador, que evidentemente no era de habla inglesa nativa, preguntó: «If you have plenty of money, what would you do?» La pronunciación de «plenty» sonaba como “peny” o “pleny,” lo que causó que el candidato interpretara la pregunta de forma incorrecta, asumiendo que se referían a no tener «ni un penny» en lugar de tener «mucho dinero.»
Este pequeño detalle lingüístico resultó en una mala evaluación del candidato, ya que respondió fuera de contexto. No es raro que este tipo de malentendidos afecten el proceso de selección, dejando fuera a profesionales capacitados que, en otro contexto, habrían mostrado su verdadero potencial.
2. El Impacto en la Fluidez de la Entrevista
Cuando el entrevistador no es un hablante nativo, su fluidez al formular preguntas puede verse comprometida. La inseguridad o la falta de dominio completo del idioma puede llevar a pausas incómodas, preguntas mal formuladas o uso de un vocabulario limitado. Esto puede generar ansiedad tanto en el entrevistador como en el entrevistado, afectando la dinámica de la entrevista y dando lugar a respuestas que no reflejan con precisión las habilidades o el conocimiento del candidato.
Por ejemplo, durante una entrevista técnica, un candidato puede estar esperando preguntas complejas sobre su área de especialización, pero si el entrevistador tiene dificultades para articular preguntas precisas, el candidato puede no tener la oportunidad de demostrar sus conocimientos en profundidad. Esto puede llevar a una evaluación injusta y, en última instancia, a la pérdida de un talento valioso.
3. Malinterpretaciones Culturales y Contextuales
Además de la pronunciación, otro problema común es la falta de contexto cultural. El inglés no es solo un idioma, también es un vehículo cultural. Cuando el entrevistador no tiene un dominio pleno de los modismos, expresiones y matices del inglés, se pueden perder significados importantes que influyen en la evaluación de las respuestas.
En muchos casos, el entrevistador podría estar evaluando la capacidad del candidato para entender y manejar situaciones internacionales, pero su propia falta de competencia lingüística impide hacer preguntas que evalúen estas habilidades de manera efectiva. Esto puede crear una percepción errónea de que el candidato no está calificado, cuando en realidad, el problema está en cómo se hacen y reciben las preguntas.
4. Injusticia en la Evaluación de las Habilidades del Candidato
Cuando el entrevistador no es un hablante nativo, la entrevista en inglés puede enfocarse más en detectar errores de lenguaje del candidato, en lugar de evaluar sus competencias técnicas o profesionales. Esto puede ser especialmente injusto para aquellos candidatos que, aunque no tienen un inglés perfecto, poseen las habilidades necesarias para el trabajo.
Por ejemplo, en una entrevista técnica, el enfoque debería estar en las competencias del candidato para el puesto en cuestión, no en cómo pronuncia o articula cada palabra. Cuando el entrevistador también enfrenta barreras lingüísticas, existe una tendencia a sobrevalorar pequeños errores de idioma, mientras que las competencias clave pasan desapercibidas. Esto puede ser fatal en un entorno de selección de outsourcing donde las habilidades técnicas suelen ser más importantes que el dominio absoluto del inglés.
5. La Alternativa: Pruebas Escritas y Entrevistas con Hablantes Nativos
Una solución más eficiente es optar por pruebas escritas en inglés, donde tanto el candidato como el entrevistador pueden analizar con mayor precisión la comprensión del idioma sin las limitaciones de la pronunciación o el acento. Adicionalmente, delegar las entrevistas en inglés a hablantes nativos o personas con un dominio avanzado del idioma puede asegurar una evaluación justa.
En el caso de entrevistas técnicas, es preferible que las evaluaciones se centren en las habilidades relevantes para el puesto. Si el inglés es un requisito, debería probarse en un contexto adecuado, como una conversación estructurada o una evaluación escrita, evitando así los malentendidos derivados de la pronunciación o el nivel de fluidez del entrevistador.
6. El Camino hacia una Evaluación Más Eficiente
Las empresas de outsourcing internacional deben estar conscientes de que las entrevistas en inglés pueden ser contraproducentes si tanto el entrevistador como el entrevistado enfrentan barreras lingüísticas. Esto no solo afecta la calidad del proceso de selección, sino que también puede hacer que se pierda la oportunidad de incorporar talento de alto nivel.
Incorporar evaluadores que sean hablantes nativos de inglés o que tengan un dominio fluido del idioma, así como utilizar pruebas escritas y otros mecanismos más estructurados, puede mejorar significativamente la eficiencia de las entrevistas y asegurar que los candidatos sean evaluados de manera justa y precisa.
Conclusión
Realizar entrevistas en inglés con un entrevistador que no es hablante nativo del idioma puede resultar en evaluaciones erróneas y malentendidos que afectan la selección de talento. Si bien el inglés es fundamental en el outsourcing internacional, es crucial que los procesos de selección sean justos y eficientes. Por ello, es recomendable recurrir a hablantes nativos o mecanismos alternativos en la secuencia correcta de evaluación que aseguren una comunicación clara y precisa.